Serie: Escritores en La Habana – Capítulo VII
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La escultura: El Maestro y su discípulo
Al ingresar al restaurado Colegio San Pablo —hoy Colegio Rafael María de Mendive—, en el número 88 del Prado habanero, los visitantes y estudiantes son recibidos por una escena que trasciende el tiempo:
Rafael María de Mendive, con su barba cerrada y su traje de dril blanco, sostiene un libro abierto.
A su lado, José Martí adolescente, vestido con saco y medalla, lo mira con respeto, atención… y destino.
La obra, titulada “El Maestro y su discípulo”, fue creada por el escultor José Villa Soberón e inaugurada tras la restauración del colegio en 2018.
La escultura de bronce, a tamaño natural, transmite una conexión íntima, casi espiritual.
El patio donde se encuentra está iluminado por vitrales diseñados por Ernesto Rancaño, en tonos azul, rojo y naranja, que representan a Martí, el sol y la bandera cubana.
Una luz viva que cruza la historia.

Ficha técnica de la escultura
Título: El Maestro y su discípulo
Escultor: José Villa Soberón
Ubicación: Colegio San Pablo (actual Colegio Rafael María de Mendive), Prado No. 88, La Habana Vieja
Material: Bronce a tamaño real
Año de inauguración: 2018
Elementos destacados: Naturalismo, vínculo emocional, integración arquitectónica histórica
La escultura como puente vivo
La obra de Villa Soberón no inmortaliza mármol:
resucita almas.
Cada niño que atraviesa hoy el Colegio Mendive revive el momento en que la palabra empezó a construir una patria.
Estilo escultórico: humanismo, escala y emoción
Villa Soberón se caracteriza por un estilo, ante todo,
humanista, relacional y simbólico: sus esculturas no solo representan a grandes personajes, sino que dialogan con el entorno, invitan al tacto, interpelan al transeúnte.
Su escultura es además, figurativa, interactiva. No se impone: invita. No se encierra: habita.
No repite símbolos: crea vínculos.
Prefiere esculturas a escala natural, con gestos cotidianos, insertadas en lugares significativos de la ciudad.
Su mayor mérito no es solo técnico, sino emocional y político: crea presencias vivas en el espacio público, recordatorios del alma de un país y sus figuras más entrañables.
Ha evolucionado desde una estética más simbólica y académica hacia un lenguaje más íntimo y emocional, influenciado por artistas como George Segal, pero con una firma propia marcada por la identidad cubana.
Emplea materiales como el bronce, el acero inoxidable y el acero corten, buscando siempre la durabilidad emocional, no solo física.






La cadena luminosa: De la Luz y Caballero, Mendive y Martí
La historia de Cuba no solo se construye con batallas:
se construye también con escuelas, ideas y ejemplos silenciosos.
José de la Luz y Caballero (1800–1862) fue el primero:
Educador y filósofo,
Formador de conciencia nacional,
Maestro que enseñó que “enseñar puede cualquiera; educar, solo quien sea un evangelio vivo”.
De su cátedra en el Seminario de San Carlos surgieron discípulos que no solo aprendieron ciencias y letras: aprendieron a amar la libertad con dignidad.
Uno de esos discípulos fue Rafael María de Mendive.
Mendive, formado en la luz caballeresca, continuó esa misión:
Fundó su propio colegio, educó desde la belleza y la patria, y sembró en su aula a José Martí.
Y Martí, discípulo de Mendive, heredó la llama:
Llevó la enseñanza de Luz y Mendive a una nueva altura:
No solo pensó la libertad, la escribió, la proclamó y murió por ella.
Así, de la Luz a Mendive, y de Mendive a Martí, se extiende una cadena luminosa:
La ética,
La belleza,
El amor a la patria,
El sentido de justicia.
Una educación que no era solo instrucción,
sino formación del alma.
Un linaje moral que sigue brillando —más fuerte que el bronce, más alto que las campanas.
Rafael María de Mendive: el maestro que sembró a Martí
Rafael María de Mendive (1821–1886) fue poeta, periodista, educador y patriota.
Su vida y su obra tejieron los hilos invisibles que formarían el alma de su más brillante discípulo.
Estudió en el Seminario San Carlos y en la Universidad de La Habana.
Fundador de la Revista de La Habana.
Promotor de tertulias literarias donde se forjaban ideas de libertad y belleza.
Traductor de autores universales como Victor Hugo y Lord Byron.
Autor de una poesía íntima, patriótica, sencilla y luminosa.
En 1865, fundó el Colegio San Pablo en su propia casa, convertido en un seminario cívico.
Allí formó a jóvenes como José Martí y Fermín Valdés Domínguez.
Su magisterio (1864–1869) no enseñaba solo ciencias o letras:
enseñaba dignidad.
Sembraba amor por la libertad.
Mendive patriota
Cuando en 1868 estalló la Guerra de Independencia, el Colegio San Pablo se convirtió en un hervidero de ideas libertarias.
Mendive alentaba, debatía, soñaba en voz alta.
Fue detenido tras los sucesos del Teatro Villanueva (1869), encarcelado en el Castillo del Príncipe y posteriormente desterrado a España.
Sobre él, escribiría Martí:
“Aquel enamorado de la belleza, que la quería en las letras como en las cosas de la vida…”
Su legado no fue solo formar a Martí:
fue enseñar a Cuba a soñarse libre.
José Martí: el discípulo que floreció en verbo y nación
José Julián Martí Pérez (1853–1895) se convirtió en el alma literaria y moral de Cuba.
Sus obras esenciales:
Versos Sencillos (1891) : poesía lírica, sincera, transparente.
Una colección de poemas breves, líricos, transparentes como el agua de un río.
Martí habla del dolor, la amistad, el amor a la patria, la belleza sencilla.
Es aquí donde escribe los versos que luego se convirtieron en canción:
Yo soy un hombre sincero,
de donde crece la palma…
Una poesía limpia, esencial, profundamente humana.
Ismaelillo (1882) : poemas de amor paternal, escritos en el exilio.
Un libro de poemas íntimos, dedicados a su hijo José Francisco (“Ismaelillo”).
La ternura vibra en cada palabra.
Martí escribe como padre exiliado, como soñador que abraza a su hijo desde la distancia:
“Hijo, espantado de todo,
me refugio en ti…”
Es un canto de amor, de inocencia y de fe en el futuro.
Nuestra América (1891) : ensayo visionario sobre la identidad latinoamericana.
Un ensayo político y cultural visionario.
Martí advierte que América Latina debe conocer sus raíces, respetar su mestizaje y construir su propio destino, lejos del colonialismo y el imperialismo:
“Nuestra América ha de salvarse con sus indios, y va de menos a más…”
Un llamado urgente a la dignidad continental, aún vigente hoy.
La Edad de Oro (1889) : revista educativa para niños, sembrando valores de libertad y belleza.
Una revista creada para educar a los niños en valores de belleza, solidaridad y justicia.
Martí escribe cuentos, ensayos breves, relatos históricos.
No dulcifica la realidad, pero enseña a mirarla con esperanza:
“Los niños nacen para ser felices.”
Con La Edad de Oro, Martí sembró semillas de luz en generaciones enteras.
En La Edad de Oro, Martí enseñó que la educación debe ser ternura, justicia y belleza.
Además de sus obras mayores, Martí nos dejó otras joyas de pensamiento y pasión:
Carta a Manuel Mercado (18 de mayo de 1895)
Escrita pocas horas antes de morir en combate, esta carta es su testamento político y humano.
En ella revela que su lucha no era solo por la independencia de Cuba, sino también para impedir la expansión imperialista sobre América Latina:
“Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida… para impedir a tiempo que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos…”
Una carta vibrante, premonitoria, cargada de amor y sacrificio.
Diario de Campaña (abril–mayo de 1895)
Un testimonio conmovedor de sus últimos días en la manigua cubana.
En sus páginas, Martí describe con sensibilidad:
El paisaje natural,
El cansancio de los caminantes,
La nostalgia de los seres queridos,
La serenidad ante la muerte inminente.
Su prosa aquí es pura, desnuda, honesta.
Cada línea late con humanidad.
Escenas Norteamericanas (1875–1882): Martí en Nueva York
Entre 1875 y 1882, José Martí vivió en Nueva York,
desde donde escribió una serie de crónicas vibrantes conocidas como Escenas Norteamericanas.
¿Qué retratan?
La vida diaria de inmigrantes, obreros, niños.
La corrupción política y las luchas sociales.
El auge industrial y sus contradicciones.
La cultura como forma de dignidad y educación.
¿Cómo las escribió?
Con un lenguaje directo pero poético.
Con sensibilidad crítica pero amorosa.
Con una mirada profunda sobre el alma humana.
“Allá, donde el vapor brama y la muchedumbre pasa como un torrente, también sueñan y sufren los hombres.”
Su visión sobre Estados Unidos:
Admiraba la energía y la democracia popular.
Denunciaba el materialismo, la desigualdad y el racismo.
Soñaba con un continente americano libre, educado y justo.
“Un pueblo que no se educa, se degrada; un pueblo que adora al dinero, se envilece.”
¿Por qué son importantes?
Son uno de los primeros análisis latinoamericanos sobre Estados Unidos.
Son una escuela de periodismo literario: verdad, belleza y conciencia.
Son el reflejo de un Martí lúcido, sensible y profundamente humano.
Martí no fue un espectador en Nueva York:
fue un centinela de la dignidad humana,
y su pluma sembró conciencia a cada paso.
Teatro: Abdala (1869)
Su primera obra, escrita a los 16 años bajo la influencia de Mendive, es un poema dramático en el que un joven líder africano defiende la independencia de su patria.
Abdala es ya un manifiesto de amor a la libertad:
“Mi vida, que es la tuya, te consagro…”
Martí fue un cronista lúcido del mundo moderno, sin perder nunca su visión latinoamericana.Abdala (1869): su primer grito de independencia.
Martí escribía para levantar corazones.
Sembraba luz con cada palabra.
El estilo de Martí
Lenguaje lírico y vibrante
Claridad sin concesiones
Fe en la libertad y la dignidad humana
Una prosa luminosa como espada de sol
Cada poema, cada carta, cada discurso de Martí respira dignidad.
No escribía para vanagloria, sino para sembrar conciencia.
Sus palabras no son fósiles:
son semillas que siguen germinando en cada generación.
Maestro y discípulo: un abrazo que forjó una patria
Mendive sembró amor, ética y esperanza.
Martí floreció en verbo, revolución y ternura.
La escultura que los une recuerda que sin maestros verdaderos, no hay naciones verdaderas.
Línea del tiempo de José Martí: El verbo que floreció
1853 — Nace en La Habana, Cuba.
1869 — A los 16 años escribe Abdala, su primer manifiesto literario y patriótico.
1871 — Deportado a España tras su actividad política contra el colonialismo.
1875-1882 — Publica Escenas Norteamericanas desde Nueva York: crónicas de la sociedad estadounidense.
1882 — Publica Ismaelillo, poemario de amor paternal y esperanza.
1889 — Lanza La Edad de Oro, revista para niños destinada a formar ciudadanos de luz.
1891 — Publica Versos Sencillos y el ensayo Nuestra América, llamado vibrante a la unidad latinoamericana.
1895 — Firma la Carta a Manuel Mercado, su testamento político, y escribe su Diario de Campaña.
19 de mayo de 1895 — Muere en combate en Dos Ríos, luchando por la independencia de Cuba.
Cada fecha es un latido.
Cada obra, una semilla.
Cada palabra, una promesa cumplida.
Palabras de Martí: semillas para el alma
José Martí no solo luchó con la espada,
luchó con la palabra.
Sus frases cruzan siglos como si hubieran sido escritas esta mañana.
Aquí algunas de sus sentencias más célebres:
Sobre la dignidad humana:
“Los hombres van en dos bandos: los que aman y fundan, y los que odian y deshacen.”
Sobre la libertad:
“La libertad cuesta muy cara, y es necesario o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.”
Sobre la educación:
“Ser culto es el único modo de ser libre.”
Sobre el deber:
“De pensador a pensador ha de ser la guerra, porque de hombre a hombre es la paz.”
Sobre el amor:
“El amor, madre, a la patria,
no es el amor ridículo a la tierra,
ni a la yerba que pisan nuestras plantas.
Es el odio invencible a quien la oprime.”
Sobre la unidad latinoamericana:
“Crear es la palabra de pase de esta generación.”
Sobre la virtud:
“Ayudar al que lo necesita no solo es parte del deber, sino de la felicidad.”
Sobre el arte y el alma:
“La belleza es la ternura visible.”
Martí no fue solo escritor,
ni solo político,
ni solo apóstol:
fue palabra sembrada para la eternida
“La belleza es la ternura visible.”
“Ayudar al que lo necesita no solo es parte del deber, sino de la felicidad.”
Sus palabras siguen sembrando futuro.
Reflexión contemporánea
🧠 Martí, Mendive y nosotros: un llamado que sigue sonando
❍¿Somos hombres que aman y fundan?
❍¿O dejamos que la indiferencia y el odio deshagan los sueños?
❍¿Creamos belleza y dignidad para los niños, como soñaba Martí, quien dijo:
❍ “Los niños nacen para ser felices.”
❍Martí no dulcificaba la realidad:
enseñaba a mirarla con esperanza.
❍Hoy más que nunca, el maestro y el discípulo nos llaman a responder.
Invitación especial
📣 ¿Qué representa Martí hoy para ti?
¿Es solo un símbolo?
¿O un espejo donde aún podemos mirarnos?
🧠 ¿Estamos fundando o deshaciendo?
📖 ¿Educamos para la libertad o para la repetición?
✍️ Déjanos tu reflexión.
📸 Comparte tu foto, tu frase favorita, tu historia personal.
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